jueves, 22 de abril de 2010

EL FACEBOOK Y LA MANÍA DE HACER PUBLICA LA VIDA PRIVADA

Un libro de caras que fomenta la interacción entre grupos sociales y permite a las personas compartir sus sentimientos y sus gustos personales, para muchos esta sería una acertada definición del Facebook; Pero que tan benéfico es el fenómeno del Facebook? Por qué cada día más personas se la pasan horas y horas conectados a esta página, esperando enterarse de “que está pensando tu amigo” o quién ha comentado “tu estado”, o ver las nuevas fotos que “subió” la persona que te gusta?.

Creas tu cuenta en Facebook e inmediatamente te conviertes en esclavo de suministrar información a tu perfil, de ocuparte de tu “vida Social”, que ha dejado de ser tuya para pasar a ser de dominio público, pues basta con ser “amigo” de alguien que sea tu “amigo” para ver tus fotos, tus comentarios, tu información personal, los grupos a los que perteneces, y muchos otros detalles de tu vida, dependiendo del nivel de seguridad que hayas autorizado en tu cuenta.

Cada día, mientras estas estudiando, trabajando, o mientras estas dormido, hay personas que están visitando tu perfil en Facebook, mirando las fotos del paseo a la costa con tu familia, leyendo los comentarios que haces a tus “amigos” o los que ellos hacen de ti, las posibilidades de conocer a fondo tu “personalidad virtual” son infinitas y lo más preocupante es que no se tiene la certeza de los fines que busca una persona que se la pasa hurgando en tu “vida privada-pública virtual”. Podría ser alguien que está obsesionado contigo, algún delincuente común, el mismo estado a través de sus organismos de inteligencia o hasta el FBI. Un ejemplo palpable podría ser el caso de Ana María Chávez una joven de 19 años que fue contactada por Facebook y luego asesinada en su apartamento en Bogotá, o el caso de Nicolás Castro estudiante de la Universidad Jorge Tadeo Lozano de Bogotá, que fue recluido en la Cárcel La Picota, después de que las investigaciones del DAS y con ayuda del FBI, identificaran a Castro como el creador del grupo en Facebook: “Me comprometo a matar a Jerónimo Alberto Uribe, hijo de Álvaro Uribe”.

Es así entonces como este juego de mantener al tanto a tus “amigos virtuales” de todo lo que pasa o deja de pasar en “tu vida privada”, además de ser una fea manía que te hace vulnerable, se puede tornar muy peligroso, y aunque el Facebook es y seguirá siendo por mucho tiempo una poderosa herramienta de comunicación y movilización, se debe ser inteligente a la hora de entregar todo lo que eres y lo que piensas a una maquinaria virtual que te mantiene siempre disponible para cualquiera que sean los planes de tus amigos, de tus enemigos o de tus victimarios. Y recuerden que aunque el contrato que aceptas con Facebook no lo diga: todo lo que comentas y piensas puede ser utilizado en tu contra.

sábado, 10 de abril de 2010

Una reflexión h(H)istórica

Cuando se habla de historia universal, se suele hacer referencia a un solo continente ¿Sera que el resto del planeta no tiene un pasado ni una historia que contar?

Acaso se nos ha ocurrido siquiera pensar en cuestionar que tan real y cierto puede llegar a ser esa famosa “Historia” lineal, única e inamovible, escrita con H mayúscula y con sangre inocente, esa que no tolera la presencia del acontecimiento cotidiano, ni del personaje corriente, esa donde los héroes siempre serán los mismos: Pseudo-dioses inmaculados, que como “Dios” también tienen el derecho de matar sin justa causa, recibiendo a cambio la inmortalización de sus nombres, como los grandes Hombres de la Historia.

Sin embargo y a pesar de todo, nuestros modelos de educación todavía insisten, en hacer memorizar única y exclusivamente, este cuento fragmentado que maquilla y monopoliza hábilmente el violento pasado de una cultura mestiza,( entendiendo mestizaje como el proceso biológico, social y cultural de fusión de razas, que para nuestro contexto latinoamericano comprendería básicamente la “sangre Mezclada “1 de las culturas Indígena, Africana y Europea), que no ha podido superar los grandes” metarrelatos”2 (“discursos totalizantes y multiabarcadores, en los que se asume la comprensión de hechos de carácter científico, histórico y social de forma absolutista, pretendiendo dar respuesta y solución a toda contingencia”), importados en la primera colonización, reproducidos y alimentados luego, de manera constante por las instituciones modernas.

Se dice que un pueblo que desconoce su pasado, está destinado a repetir sus errores ¿y si el nuestro es un pasado incompleto y casi ajeno? ¿Sera suficiente este trozo de h(H)istoria para cimentar nuestras múltiples y diversas identidades?

Tan justo como necesario seria relatar historias menos pretenciosas, con más colorido y textura, historias que no desconozcan lo que oficialmente ya existe, pero que no acudan necesariamente a ello para validar su pertinencia, veracidad e importancia.

1 Mörner, Magnus. Race and Class in Latin America. New York & London: Columbia University Press, 1970, 5.

2 Lyotard, Jean-Francois. Introduction:The Postmodern Condition: A Report on Knowledge," 1979: xxiv-xxv.